jueves, 25 de noviembre de 2010

bizcoho de alforfón y semillas de amapola

El trigo sarraceno, también llamado alforfón o trigo negro, es originario del asia central, y aunque tiene características similares a los cereales no lo es.
Se puede consumir en forma de grano y en forma de harina. De su harina se elabora pasta o Soba (como se conoce en Japón), crepes (galletes o crepes bretonas), sémolas y pasteles. Los granos tostados se conocen como Kasha.
Entre sus propiedades destaca la abundancia de Rutina de sus sumidades floralesque es un alcaloide ideal para tratar la fragilidad y permeabilidad de los capilares sanguíneos. Por ello es muy conveniente en varices, hemorragias retínales y otros problemas circulatorios ya que además tiene una función antiinflamatoria.
Su contenido en vitaminas del grupo B junto con su aporte de hierro son buenos aliados contra la Anemia.
Al ser un alimento rico en ácido oleico, linoleico, palmítico y linolénico, el trigo sarraceno o alforfón nos ayuda en la lucha contra el colesterol y las enfermedades cardiovasculares.
El cultivo de trigo sarraceno favorece, en gran medida, la actividad apícola (producción de miel) ya que son plantas que toleran muy mal los productos fitosanitario químicos y además sus características biológicas favorecen que las abejas produzcan más miel.
Puede utilizarse como sustituto de grasas y espesante ya que el 70% del grano es almidón.
Tradicionalmente se ha venido usando las semillas maduras frescas y trituradas para curar los eczemas y tumores aplicadas en forma de cataplasma.
Su cáscara se utiliza en Japón desde hace más de 500 años como relleno para fabricar almohadas. Son almohadas famosas porque se ajustan a la forma y peso de la cabeza de cada persona.
El trigo sarraceno es "el rey de la proteína vegetal" debido a su alto contenido en proteínas (entre un 10 y un 13 %) y a su gran disponibilidad (se calcula que podemos asimilar el 70 %) A la vez es muy rico en el aminoácido Lisina (escaso en las proteínas vegetales) y en otros aminoácidos esenciales (arginina, metionina, treonina y valina)
No contiene gluten y por ello es ideal en dietas para los celíacos.
Una auténtica joya.

ingredientes
1 taza de leche de soja
3 huevos
1 taza de sirope de ágave
1 cucharadita de bicarbonato
2 tazas de harina de alforfón
1 taza de copos de avena
1 pizca de sal
1/2 taza de semillas de amapola
1 chorrito de aceite de girasol
elaboración
precalentar el horno a 180 º.
batir en un bol los huevos, la leche de soja, el aceite y el sirope. añadir la harina, la avena, el bicarbonato, la sal y las semillas de amapola. mezclar un poco (no demasiado para que no pierda la textura, no importa que quede algún grumo). poner en un molde de cake forrado con papel vegetal y hornear durante unos 40 minutos. los primeros 10 minutos pondremos el horno a 200º para que la masa suba rápido y la parte de fuera quede crujiente, y el resto a 180º para que se haga bien por dentro.

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